El café es una de las bebidas más consumidas del mundo porque nos energiza y nos da buen humor. Te explicamos por qué está entre los imperdibles para empezar bien el día.
Un buen día con un buen café
El café es rico en antioxidantes, especialmente polifenoles, que actúan contra los radicales libres y algunos metales pesados. Esto ayuda a prevenir el envejecimiento de los tejidos y algunas enfermedades.
Además, la cafeína activa la mente y nos hace sentir despiertos. Ayuda con algunos dolores de cabeza y es adecuada para la realización de tareas físicas extenuantes. Sin embargo, el consumo de más de 3 tazas de café al día no está recomendado por su alto poder estimulante.
Despertarse por la mañana y sentir el olor del café recién molido es uno de los pequeños placeres de la vida que cada vez más personas pueden garantizarse gracias a las cafeteras hogareñas. Si le interesa, lee mas.
¿Por qué el café de calidad es más caro?
Hay dos tipos principales de cultivo de café. El primero es el que se realiza en grandes plantaciones, terrenos deforestados especialmente para el cultivo de cafetos. En estos sitios las plantas crecen bajo el sol directo, lo que acelera su maduración.
El segundo tipo de plantación es entremezclado con otras especies de flora en plantaciones mixtas. Aquí el cafeto crece a la sombra de otros árboles y no recibe la luz directa. Su maduración es más lenta pero sus granos tienen un crecimiento más parejo y el sabor de su café es más intenso.
Así como hay dos tipos de cultivo, también hay dos tipos de cosecha. La primera es la cosecha con máquinas que extraen todas las bayas de la planta. La segunda es de forma manual.
Cuando se extrae de forma manual, los cosechadores dejan en la planta los granos verdes, es decir los que no están maduros, así no se cuelan en la producción. Este proceso es casi artesanal y por eso también encarece el producto.
¿Qué pasa con los granos de café una vez cosechados?
Luego de que se cosechan las bayas, se produce el “descerezado”. Se quita la corteza que recubre el grano. Cuando se quita la piel roja se fermentan durante 24 horas para facilitar el retirado del mucílago, la parte blanda de la cereza.
Una vez descubiertos, los granos de café se lavan en cubas y se dejan secar 30 horas bajo el sol. Durante este procedimiento los operarios deben mover los granos para que el secado sea parejo.
Al final del proceso el café es tostado a distinta intensidad de acuerdo a si se quiere lograr un tueste claro o canela, un tueste medio o uno oscuro. Finalmente, el café es molido, envasado y distribuido para su venta. Algunas personas prefieren comprar los granos de café y molerlos en casa, ya que así se obtiene un sabor más conservado e intenso.